viernes, setiembre 14

canción


Hace unos días, conversando con un amigo, recordé un tiempo en el que estaba embelesado por una chica. Han pasado algunos años y "de ella no se nada" fue lo que respondí a mi eventual interlocutor. Aunque era verdad aquello, guarde para mi la existencia de ciertas lineas que yo escribiera para ella, en una promesa de composición.

Y es que en nuestras interminables conversaciones yo le prometí un día que le iba a componer una canción. ¡Qué embuste!, como si yo me hubiera creído que el hecho de conocer un par de acordes en la guitarra me sería suficiente para componerla. En fin, tiempo después, y ante el reclamo por lo prometido, le dije que en lugar de canción le había escrito algunas lineas que hablaban de los dos.

Acá la desvelo, ya que me he propuesto colocar todo lo que algún día haya osado escribir, con las ínfulas de  escritor incomprendido. Y como diría Bécquer: : "para los que nada vean en su fondo, al menos podrá entretenerles un rato"


Un viernes fue cuando la conocí, aun recuerdo la primera vez q vi aquellos ojos que me hicieron creer que el idioma español era tan inútil, porque no me permitía describir con exactitud la belleza que contemplaba. Y es que hay cosas que son mejor no decirlas…

La segunda vez que la vi… a que contarlo. Llevaba un vestido negro, que cuando lo lleva una mujer hermosa como ella, te hace pensar que los dioses crearon a la mujer con el único objetivo de recordarnos cuan omnipotente es su poder creador. Se lo iba a decir pero, … y es que hay cosas que son mejor no decirlas…

La tercera vez que la vi… a que contarlo. Con las argucias válidas en estos avatares, conseguí coger su mano, aquella mano cuyo índice luego me pertenecería. Al hacerlo comprendí que se puede perder la cabeza de solo un contacto. Trate de advertírmelo a mi mismo pero, … y es que hay cosas que son mejor no decirlas…

La cuarta vez que la vi… a que contarlo. Estaba tan corriente, tan hermosa, tan normal; el sol parecía refulgir más mientras rozaba sus cabellos y bronceaba sus mejillas. Quise fotografiarla pero no me dejó; mas, no me pudo impedir que esa imagen se me quedara en la memoria hasta el día de hoy en que recuerdo aquel día de sol.

No he vuelto a ver a la reina de mi alma desde aquel día. Quiero pensar que en las noches, mientras miramos las fisuras de nuestros propios techos con pensamientos que atormentan o consuelan nuestras almas, se acuerde que alguien piensa en ella de una manera sublime, melancólica y un poquitín nostálgica de no poder decirle que… no, detén la escritura, silencia tu voz, desacelera tus ímpetus que…. Y es que hay cosas que son mejor no decirlas…

Y si hay cosas que son mejor no decirlas…¿Para que pensarlas? ¿Será que si uno piensa mucho, mucho algo las cosas cambian y se convierten en lo deseado? Es algo muy improbable, pero qué es la vida sino la búsqueda de improbabilidades y esperanzas de realización de cosas que en la actualidad parecen distantes. Pero el tiempo y la distancia son tan relativos que nada es seguro en esta vida.

Ahí estas tu reina mía, poniéndote mas linda cada día. Nunca dejas de sorprenderme ya con tus aflicciones, con tus bromas, con tus miedos y cotidianidades.


Caigo en cuenta ahora que el final esta muy flojo... Como lo podría arreglar... Mmmm, creo que repetiré la muletilla... Y es que hay cosas que son mejor no decirlas…

No hay comentarios.: