Los que han tenido la oportunidad de leer El Código Da Vinci (ver la peli no cuenta) habrán sentido, como yo, dos cosas: el irrefrenable deseo de pasar a la siguiente página por lo emocionante de la trama; y en su momento, buscar en el Google o el Pequeño Larousse Ilustrado, la foto de la pintura de la Última Cena para poder comprobar lo contado por Dan Brown en su libro.De los muchos detalles interesantes y con diversas interpretaciones de esta famosa obra, una de las que más me sorprendió fue el hecho de que en la pintura hay una mano misteriosa blandiendo un cuchillo. Mano que es sujetada por Pedro, que a la vez, parece amenazar a la que parece ser María Magdalena (¿Cómo, recién se enteran que ella estaba en la última cena?, ¿Que ella era la preferida de Jesús antes que Pedro y Juan?. Interesante eh. ¿Quieren que les cuente?. Pues no. A echarse encima las 560 páginas sin dibujitos. Pero léanla sin anteponer conceptos ideológicos, sólo por experimentar la excitación de la trama.
No es mi intención opinar sobre el libro ni de las polémicas que creó su publicación en el ya lejano 2003. No por no ser muy interesantes sino porque como ya sabrán, soy muy perezoso para revisar nuevamente el libro y buscar los puntos discutibles que no son pocos. Mi intención es clarificarme a mi mismo la diferencia entre ver y mirar.
Cuando terminé el capítulo del libro donde hacen referencia a la obra de Leonardo; pregunté a cuanto amigo y conocido encontraba, si se habían percatado de esos detalles de la pintura. No fue muy grande mi sorpresa al saber que nadie paro mientes en ellos, aún cuando algunos tenían colgada una réplica de la pintura en alguna pared de sus casas desde hace muchos años.
Entonces todos hemos visto muchas veces la pintura, más no la hemos mirado. Aunque yo recuerdo haberlo hecho alguna vez de niño cuando, me preguntaba, porqué en ese cuadro Jesús y sus discípulos están en una mesa y no sentados en el piso como en la película que pasaban y siguen pasando en nuestra muy variada televisión nacional de señal abierta en los días de Semana Santa.
Me gustaría continuar con el tema del 'ver o mirar', pero a qué hacerlo si ya lo hicieron. Así que los remito al blog de un ingeniero chileno que trata el tema de manera clara y precisa*. Presten atención a la experiencia del psicólogo norteamericano (me resisto a llamar "americanos" a los "norteamericanos"; es más, deberían ser estadounidenses para no meterlos al mismo saco con los canadienses y parte de los daneses) sobre su visita a las Montañas Amarillas. Es fácil darse cuenta que las ya comunes cámaras digitales hacen que el ver se haga cada vez más fuerte sobre el mirar.
Usemos esto en sentido positivo. Los invito a usar la potencia de una cámara digital de 10 megapixeles para poder mirar el fresco del gran Leonardo en detalle en una foto publicada recientemente**.
Citando al gran Bartolomeo Simpson: "¿Tienen un espejo?. Ahí se ven!!
* BioGestion. Blog del ingeniero Mauricio Rebolledo
http://biogestion.blogspot.com/2006/03/ver-o-mirar.html
** Site donde publican la foto de la Ultima Cena en alta definición
