sábado, abril 30

auto rojo

Hace un par de meses, por fin, pude comprar mi primer carro. Es un deseo que tenía desde hace mucho tiempo; deseo que creo comparten los tantos peatones que les toca recorrer a diario las variopintas calles limeñas usando el servicio de transporte público.

El deseo de tener un carro propio fue alimentado por varias circunstancias que paso a resumir valiéndome (inocente yo) de la capacidad de mi memoria: los interminables viajes en combi, que en el mejor de los casos los hacia sentado en aquellos asientos que no cumplen con ninguna regla ergonométrica o parado (léase doblado en dos, ya que los techos son tan bajos que obligan a la gente a tener que entrenarse en ejercicios de contorsionismo para poder llegar a destino); los no menos interminables viajes en couster, que son vehículos más grandes y adecuados para el transporte de pasajeros sentados o de pie, pero que tienen un elemento llamado "cobrador" o "boletero" (en Conce les decíamos "churres") quien tiene un concepto demasiado avanzado en física relativista, ya que parece creer que a mayor velocidad la masa de los pasajeros se reduce y por ello siempre asume que hay espacio para subir a más y más gente y pregona a los cuatro vientos "Carro vacío, carro vacío. Avancen por favor, que al fondo hay sitio"

Los viajes en taxi, aunque rápidos, son algo peligroso porque se tiene siempre la duda si el taxista es en verdad un trabajador o un delincuente que ronda en busca de presas; además, se depende de la voluntad del taxista para poder tomar el servicio ya que si no le conviene ir a determinada zona te dice sin mirarte y con desdén: "No voy", y arranca el carro haciendo chirriar las llantas cual James Bond, fastidiado por haber parado y perdido el tiempo contigo.

Hay otras formas de transporte como las "moto-taxis" que son, generalmente, motos lineales acondicionadas para que puedan llevar pasajeros y que recorren algunos distritos limeños. Felizmente no fui usuario en Lima de tal servicio, aunque recuerdo que en Conce era la preferida por su bajo precio y por llevarte "a luca a donde sea"

Meses antes que me compre el carro, empezó a funcionar por primera vez en Lima un servicio de transporte masivo llamado El Metropolitano, que son buses articulados de gran capacidad que cubren una ruta de Norte a Sur de la ciudad. También me toco viajar algunas veces en estos buses y he de decir que quede complacido con el servicio, y es que acostumbrado a viajar en armatostes viejos y sucios, aquellos buses nuevos y limpios le dan a uno la sensación de estar viajando en primera de Air France. Aunque la gente, casi de inmediato, lo rebautizó como El Lentopolitano, creo que es un avance en el transporte urbano.

Finalmente, está en plena construcción el Tren Eléctrico. Construcción que data de finales de la década del ochenta del siglo pasado (qué secular suena eso) y que, con sus marchas y contramarchas, asumo brindará mejor calidad de vida a los sufridos limeños en sus viajes dentro de la metropolitana.

Empecé creyendo que el tema central de esta entrada iba a ser la compra del carro, el modelo, el color, la performance y demás; y acabe listando el transporte urbano de la ciudad. Solo les diré que es rojo y lo he bautizado como HellBoy. En alguna próxima entrada les contaré las cuitas que ocasionan en mi tener un carro propio por primera vez, y lo maravilloso (léase con un tono sarcástico) que es conducir entre tanto conductor tan bien intencionado (más sarcasmo) por las calles, jirones, avenidas, vías expresas y carreteras de la capital peruana.

Saludos y respeten las reglas de tránsito que para eso están.