sábado, junio 9

mis amigos*


Ya que la última entrada fue empezada en Julio del 2010 y terminada en Enero del 2011, queda re-confirmada mi displicencia en la escritura de este blog (en este caso, voy a tomar la segunda definición que da el RAE para esta palabreja. Displicencia: 2. f. Desaliento en la ejecución de una acción , por dudar de su bondad o desconfiar de su éxito). Jolines, qué hermoso es el Español (por ahí leí que alguien dijo "el Español es demasiado importarte como para dejarlo en manos de los españoles"); dudo de la bondad y desconfío del éxito de que algún lector tenga a bien malgastar su tiempo en leer estas lineas, que sería mas provechoso leerse el blog de la tía Susy Díaz: Memorias de una Trompetera.

Tema de escritura: Hombres G. La semana pasada estuvieron por acá aquel grupo español de rock-pop de los ochenta y causaron en mí, recuerdos gratos de los años en que aprendí a escuchar y gustar de su música tan sencilla y, precisamente por ello, bonita. El primer recuerdo que se me viene de ellos es un viaje que hiciéramos con mis padres y hermano a Jauja el año 1989 ó 1990 (no creo que haya sido antes, ni creo que mucho después; aunque con lo malo que soy con las fechas, seguro fue cualquier año menos los mencionados). El asunto que en aquel viaje mi papá nos compró dos cosas que nos alegraron mucho: fichas para jugar al pimball, las cuales malgastáramos tontamente en máquinas apagadas; y un casete de los Hombres G. 

Aún recuerdo los colores amarillo y naranja del sticker sobre el casete negro. Aún recuerdo la consecución de las canciones que mezclaban los álbumes originales y sólo contenían las más sonadas del grupo. Aún recuerdo la bronca que sentimos cuando, por error, mi hermano grabó una salsa de Niche sobre el susodicho casete en sus muchas noches de incursión como grabador clandestino de Panamericana Radio (por supuesto, y con todo; y no va ser) usando el viejo Panasonic plomo que conservo como reliquia familiar hoy conmigo.

Las canciones del grupo me recuerdan las primeras salidas y descontroles de adolescentes que con Juan, Jhon y Charlton empezábamos a experimentar allá por los mediados de los noventa. He de aclarar que aquellas salidas y descontroles nunca pasaron de cervezas y cigarros. Tanto es así que hoy ninguno de nosotros fuma y sólo Jhon y yo somos fieles a graciela. Jolines, que caigo en cuenta que Juan ya no está más con nosotros, y conociéndolo como fue, dejaré el asunto ahí sin aclararlo.

En fin, la última semana grabé en el "dispositivo de almacenamiento masivo" algunos megas de las canciones de los "G" y los estuve escuchando en el coche (jolin, que español suena eso) ante las miradas de peatones y conductores confundidos; y estuve con la expectativa de ir al concierto. He de decir que me desanime por dos razones: que Jhon viajaba por trabajo en el momento que ellos se presentaban en Huancayo y parecía no importarle mucho; y que se presentaron acá en Lima en día de semana.

Sea como fuere. Los Hombres, siempre estarán en mí y en la de mis amigos: tecleando en YouTube, en formato mp3, en magnetofónico, en vinilo o a voz en cuello. Nos acompañaran y siempre cantaremos: "porque si mi amor se fue, mis amigos están aquí; si tengo que beber, mis amigos están aquí; si no me encuentro bien, mis amigos están aquí; si yo siento que el sentido voy a perder: mis amigos sabrán que hacer"

* siempre era bueno oir tus consejos Juanito, gracias por ellos. Te querremos toda la vida